Los Parques, espacios comunes para la vida pública.
- Pedro Núñez González
- 18 sept 2020
- 4 Min. de lectura
José Aurelio Espinoza Moreno.-
Estamos viviendo momentos difíciles, a partir de la crisis provocada por la pandemia de COVID 19, y por tantos problemas que acechan el mundo. La ciudad del hoy, del ahora, está sufriendo cambios sin precedentes, que requieren de una amplia capacidad de resiliencia humana para sobrellevarlos. Todos tenemos preocupación por el futuro incierto, y por asumir el rol correcto que lo contrarreste. Sin embargo, será el tiempo el que nos indique si estamos haciendo lo correcto, o no.

La ciudad que construimos hoy entre todos, y para todos , consolida no solo aquellos “espacios comunes”, sino también el verdadero “sentido de comunidad”. En estos tiempos de confinamiento y autoexclusión, el espacio público afirma su rol fundamental, pues es en él, que es posible encontrarse con el otro, hacer actividad física, recrearse y conectarse con la naturaleza.
En este foro, colegas han expuesto la importancia de adquirir una mayor conciencia de preservación natural y cultural de nuestro entorno, así mismo, del valor de la participación ciudadana en la construcción de la ciudad, y de la apuesta por una red de comunicación intraurbana más equitativa, como acciones que sin duda sumarían a la transformación de una ciudad más accesible, incluyente, segura y sostenible. Del mismo modo, en esta ocasión la voz asiste a reconocer la importancia de los parques como espacios comunes y resilientes para la re-significación y re-conexión de nuestras urbes.
Los parques son históricamente los puntos de reunión de la población urbana, el espacio común para el encuentro, para la recreación y para la convivencia social. Son espacios mayoritariamente verdes que van desde pequeñas plazas, parques metropolitanos y hasta extensas reservas naturales. Con pluralidad de tipologías y escalas, los parques representan áreas de oportunidad para cuestionar la manera en que nos relacionamos con los demás.
Diversos estudios han comprobado los beneficios ambientales, materiales y sociales de los parques en entornos urbanos, pues estos contribuyen a mejorar la calidad del aire, a moderar la temperatura, a proteger áreas de captación de agua, a generar oportunidades para el comercio y la producción alimentaria, a mejorar la salud física y mental, a otorgar significado y sentido de pertenencia, entre otros.
Por otra parte, el Índice de Ciudad Próspera CPI, herramienta de la Organización de las Naciones Unidas para medir el progreso actual y futuro de las ciudades hacia la prosperidad, donde se evalúan aspectos como productividad, infraestructura, calidad de vida, equidad e inclusión social, sostenibilidad ambiental y gobernanza y legislación urbana, otorga una valoración de 57.01 para la ciudad de Morelia, diagnosticándola como “moderadamente débil”, comparada con la media nacional de 54.3. Así mismo, dicho reporte recomienda promover programas permanentes de recuperación y mantenimiento de espacios públicos, así como de prever la reserva de áreas destinadas a estos espacios en zonas de crecimiento urbano, con criterios de distribución, calidad y accesibilidad adecuadas.
Morelia y su zona conurbada aloja a más de 829 mil habitantes y alrededor de 276 hectáreas de áreas verdes, entre áreas protegidas, espacios y parques públicos. Estadísticamente, este indicador exhibe un déficit en la distribución y accesibilidad, ya que las zonas con más alto grado de vulnerabilidad al respecto se localizan en los sectores del norponiente de la ciudad, donde además comúnmente coinciden con las zonas de más bajos ingresos y mayores índices de precariedad.
Diversas organizaciones han expuesto que la accesibilidad a un parque tendría que ser un derecho fundamental, en un radio ideal de 3 kilómetros cuadrados o hasta 15 minutos caminando desde casa. Este indicador permite identificar las zonas con mayor vulnerabilidad, para priorizar proyectos integrales, cuyo impacto amplíe la cantidad de población beneficiada y la calidad de las intervenciones, al involucrar a múltiples actores y atender las demandas desde una perspectiva transversal y multidisciplinaria.
Mucho se ha hablado también de la importancia del entorno y de la comunidad a escala barrial, la importancia parece ser mayor ahora, cuando imaginamos la ciudad ideal más compacta, más densa y más autosuficiente, como células urbanas mejor organizadas y administradas; donde la trascendencia de los parques como espacio común retoman su valor para fortalecer las relaciones humanas.
Por lo anterior, es importante atender la demanda de una mayor accesibilidad al espacio público abierto, a través de la revitalización de los parques y espacios públicos, para que estos estén más próximos a la población y mejoren su desempeño en cuanto a la oferta de actividades y calidad del equipamiento o infraestructura ofertados, y consecuentemente conectar y revitalizar la vida pública.
La participación de la población es clave para poseer no solo parques exitosos, sino políticas públicas que los gestionen y promuevan, ya que el espacio público sin la participación de personas, no tienen razón de ser, pues se convertirán en focos de atención donde se suscite la degradación de los mismos. Por ello, un parque que permanezca con un mayor flujo de transeúntes, será siempre más seguro y cómodo, comparado con aquellos que han sido insuficientes, olvidados, maltratados o subutilizados, y de los cuales existe mucha evidencia. | colecciudad@gmail.com
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